Este último estado del capital cultural hace referencia a toda la experiencia académica que hemos acumulado a lo largo de nuestra existencia, sobre todo aquélla que es avalada mediante algún tipo de certificado; para ello, es importante que se tomen en cuenta los grados académicos, como podrían ser licenciatura, alguna especialización o algún programa de posgrado (maestría o doctorado).
Sin embargo, este estado no solamente se alcanza con los grados académicos concluidos, sino que también incorpora el desempeño a lo largo de la estancia en alguno de los grados académicos, normalmente medido mediante el promedio, el tiempo en el que se concluyó el último grado académico o las asignaturas que se han reprobado.
También es importante incluir cursos que aumenten las habilidades informáticas o de comunicación; por ejemplo, cursos de nivel básico, intermedio o avanzado para el manejo de algún software o para el manejo diestro de algún equipo de cómputo, para la expresión oral y escrita de algún idioma, ya que esto ayuda a generar un pensamiento abstracto con mayor complejidad, brindando la posibilidad a las personas de conocer una cultura distinta a la propia.
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